Historia de familia

La pasión que nos guía es atender a nuestros huéspedes como a nuestros invitados

Desde que Espuelas está en la familia es el lazo que materializa la unión. Es la historia de padres e hijos “trenzada” en un proyecto común, que comenzó a partir de un problema económico del país y se transformó en nuestra pasión por ofrecer un lugar bello y confortable, en plena Cordillera y con muchos servicios.

Dicen que toda crisis es una oportunidad, y por eso aquí va nuestra historia de vida, de familia y de cómo nació el proyecto Espuelas Casas de Montañas. Una historia de amor desde su origen para enamorarnos del lugar, y apasionarnos, desde el primer momento, para atender a nuestros huéspedes como a nuestros invitados.

Había pasado el 2001 y de vuelta de las vacaciones en la costa argentina y en familia, decidimos invertir los pocos ahorros recuperados en el corralito financiero en un terreno en Potrerillos. La razón:

Vivimos gratos momentos en celebraciones especiales en plena cordillera de Los Andes, con aire puro, risas, asados, días soleados y noches estrelladas.

Nuestra búsqueda nos llevó a Las Carditas, donde encontramos un predio muy bien ubicado y con servicios diferenciados del resto de la comarca: con agua potable, iluminación en la calle, señal de teléfono y buenos vecinos.

Nuestro hijo, Facundo, ya estaba a punto de recibirse de maestro mayor de obras. Y su papá lo desafío a crear un proyecto inicial con dos casas y un espacio de reunión común, parrillas y estacionamiento cubierto. Un lugar para disfrutar por nosotros y por quienes nos visiten. El proyecto inicial comenzó a hacerse tangible. El terreno, con un leve desnivel natural, dio el último toque y marcó los tres medios niveles de las Cabañas Clásicas.

La construcción comenzó en la época fría y el “pibe”, de solo 18 años, se levantaba muy temprano, viajaba desde la Ciudad hasta Potrerillos, despertaba a los obreros con tortitas calientes y lideraba la obra. Nuestros vecinos amables nos permitieron utilizar su energía eléctrica hasta tanto tuvimos luz de obra.

Llegó el verano y el proyecto ya se había convertido en dos bellas casas, construidas con teja, madera y piedra. Todos ayudamos: los amigos, la familia. Fueron meses intensos, hasta tanto dar con el estilo de las cabañas, sus colores, sus flores secas, muebles rústicos y colchones de categoría.

Antes de las vacaciones de invierno teníamos una casa completamente equipada. El primer pasajero, Jorge de Tandil, es una persona especial en esta historia. Por supuesto que su primera noche fue sin cargo y  hasta recibimos un obsequio tomando los primeros mates juntos con la casa recién estrenada. Así, las historias familiares se sucedieron. Los huéspedes comenzaron a vivir la Cabaña Oeste, mientras terminábamos su melliza: Cabaña Este.

Llegó el primer cumpleaños importante de nuestra familia. Fernando recorría su medio siglo y lo celebramos allí, con un encuentro campestre, donde no faltó el chivito asado en un fogón con aromas de las jarillas vecinas, que llegaban desde el Oeste con la brisa de montaña.

Ya era hora. Equipamos la cabaña Este y hasta allí llegaron los afectos materializados en objetos gauchescos que coleccionaba mi padre. Un lazo trenzado, fustas y cestería para la decoración. Mucho detalle y afecto puesto en cada rincón, cada uno listo para ser descubierto.

Ya con las dos casas en funcionamiento, iniciamos la piscina, que más tarde tuvo su calefacción solar,  para disfrutarla hasta que caiga el sol.

Fernando había cerrado la puerta del consultorio odontológico, para cambiar el tratamiento del dolor por ofrecer placer. Juan Manuel ya estudiaba diseño y precisamente rediseñaba la marca de Espuelas Casas de Montaña.

Cabañas modernas

En poco tiempo más iniciamos otras dos cabañas. Ya Facundo era arquitecto y aplicó lo aprendido: diseño en armonía con el entorno y rasgos bioclimáticos. Y con ellas llegó la terraza, un mirador a la Cordillera de los Andes, el deck de la piscina y el diseño paisajístico del jardín, con plantas adaptadas al clima de montaña, que hasta florecen mientras nieva.

A la par fueron creciendo los servicios. La  información turística completa y actualizada: algo único para no perderse nada de lo que se puede hacer en Mendoza. La chequera de descuentos en turismo aventura, spa, gastronomía y bodegas, complementó el servicio de info turística.

Para producir la guía de info turística no lo hicimos por internet ni por teléfono. Por tres años, recorrimos cada lugar, cada servicio, probamos cada plato, visitamos las bodegas y sus menús de varios pasos, escalamos cerros, avistamos cóndores, hicimos rafting, rapel, navegamos el lago, cabalgamos y todo lo que fuera necesario para experimentar nosotros lo que Potrerillos, el Aconcagua, las rutas del vino, alta cordillera, Tupungato y Tunuyán.

En síntesis, desde que Espuelas está en la familia es el lazo que materializa la unión. Es la historia de padres e hijos “trenzada” en un proyecto común que comenzó a partir de un problema económico del país y se transformó en nuestra pasión por ofrecer un lugar bello y confortable, en plena cordillera y con muchos servicios.